Prisas, retrasos, esperas y contratiempos: Mañana llegaban a Madrid con el tiempo justo para las pruebas de sonido y, si había suerte, montarse un concierto en crudo. Y la hubo: los sevillanos demostraron ante el equipo de elDEANTÉMANO de qué eran capaces.

Metidos, apretados más bien dentro de un camerino, entre instrumentos y cables, artistas y técnicos, quedó sitio para la música que ellos tan bien saben tocar. No lo impidió, aunque anduvo cerca, el estruendo que a pocos metros sobre nuestras cabezas producían las pruebas de sonido de otro grupo, ni el poco espacio que quedaba para la aparatosa pértiga del micrófono. Tampoco los contratiempos para poder captar el sonido del bajo les hicieron desistir, y a nosotros tampoco.

Así, entre prueba y prueba de sonido y antes de que el manager nos arrebatara a estos fabulosos músicos camino del escenario, tuvimos el tiempo justo para una buena toma, la final: y no hacían falta más. Ya que si algo se puede decir de Mañana, aparte de esa música maravillosa que sólo de ellos fluye, es su espontaneidad virtuosa, su preciso tesón que delata a unos músicos excelentes a la hora de ponerse a tocar; da igual dónde, cuándo y cúan enrevesadas sean las circunstancias.

Gracias, Mañana, por este enCrudo y… Buena Suerte!

A un concierto gratis y al aire libre nadie se puede negar. ¿Qué no conoces al grupo? No pasa nada, el ritmo lo lleva cualquiera. ¿Qué tenías que planchar?
No pasa nada, la arruga está de moda. ¿Qué te dicen un sitio y luego es otro?
No pasa nada, pies, ¿para qué os quiero?
Así empezó el domingo 6 de marzo, así empezó todo.
Y cuando mi hermano me dijo, “Grabamos el domingo en Plaza Castilla” yo me emocioné y pensé en grandes edificios y en música subida de decibelios… exacto, a Blacanova no les conocía, así que mi imaginación voló y voló hasta que a las doce en punto me planté en frente del Hotel Eurostars Madrid Tower y le llamé, “¿Dónde estáis?”, “En un parque, sigue todo recto hasta el Hospital La Paz y cuando veas el parque tienes que ir hasta lo más alto”. Y ahí fue cuando me dije, “Me voy a casa a planchar, esto no tiene sentido…” pero me picó la curiosidad que es lo que me pasa (o lo que me pica) siempre con este proyecto, no conozco a ningún grupo y acabo escuchándoles a todos… al final me veo comprando los discos y yendo a los conciertos, pero ése es otro tema.
Y localicé el parque, para algunos el Parque Norte, para otros Parque de la Ventilla. Y en lo alto, con los edificios al fondo, se pusieron a montar el audio y mientras tanto esperamos al grupo; abueletes arreglando el mundo adornaban un parque con jóvenes entrenando y perros paseando.
Y llegaron.
Y lo que pasó a partir de ese momento son sólo sensaciones, ritmos y palabras… para escuchar a Blacanova hay que cerrar los ojitos y pensar en un fondo negro con nebulosa de ensueño, la voz de ella te acuna pero los ritmos te hacen sentir miedo… y con sus historias piensas, piensas, piensas… y sueñas, sueñas, sueñas…
Y me dio la hora de partir, no vi el fin de la grabación pero sabía que quedaría un video cuidado con un sonido perfecto. Acabé en la otra punta de Madrid cantando el cumpleaños feliz a un amigo mientras lleva el ritmo de “Un santo oscuro” con el pie. El sonido de la melódica retumbaba en mis oídos y el pesimismo de la letra flotaba en mi cabeza, pero había conocido a un grupo nuevo que me hacía pensar, pensar, pensar… y soñar, soñar, soñar…
“El caso es que una vez más he vuelto a tropezar y ya estoy aburrido de aprender a caminar”

Nos sacudimos las legañas, en parte obligados por un sol, que aún siendo temprano (¡demasiado temprano!) parece esforzarse en pegarnos la bofetada y de paso nos achina la vista, extrayendo brillantes colores de todas partes.

En esa azotea cuyas piedras pregonan cada puñetera pisada llamando la atención de algún vecino que se asoma a curiosear, afinamos los equipos. Torre España nos vigila y ante nuestros oídos incrédulos un sonido imperceptible a simple “vista” consigue colarse en los micros… ¿una radio? ¿es de un vecino? ¿es esa torre que vemos en el horizonte? ¿es Batman? ¿Pero qué coño….? Nos pasamos los cascos de uno a otro y miramos alrededor buscando la fuente.

Solucionado (cucu trás magia borrás) ese pequeño conflicto, aparecen Franc3s, elDEANTÉMANO dispone el, elegante a la par que discreto ;), atrezzo y… tac tac tac, aquello empieza a sonar, David realiza su pequeño baile al son de aquél sorprendente teclado virtual y el resto del equipo intenta llevar a cabo su parte sin que las piedras se chiven de sus pasos.

Sonora, soleada y brillante mañana de viernes... lástima de resaca.